“Así lo explica María Victoria Mahecha: “Un coleccionista de arte debe ser consciente de la responsabilidad que tiene de mantener la integridad de la obra. Por eso, la conservación preventiva de éstas es fundamental. Por ejemplo, la iluminación natural deteriora la mayoría de las obras, especialmen- te ‘las de papel. Las esculturas necesitan amplios espacios para que sea posible recorrerlas alrede- dor; los corredores de los apartamentos, general- mente, son muy angostos y las obras montadas en estos espacios pueden deteriorarse fácilmente”.